Familia Pacheco Monastrell Organic
Un camarero del restaurante Vino Diario en Salamanca me recomendó este vino. Me comentó que era un vino ecológico, elaborado con uvas Monastrell y producido en la D.O. Jumilla. Hace muchos años, llevar una botella o un tetra brick de un vino de Jumilla era un insulto para los anfitriones. Durante años, se considerada una “zona de segunda” donde la cantidad primaba sobre la calidad.
Ahora, se elaboran vinos como el Pie Franco, de Casa Castillo, que ha conseguido 100 puntos en el listado de Robert Parker, la biblia de la enología mundial. Ese hito lo alcanzó en 2020 y en años sucesivos, ha mantenido una nada despreciable puntación de 99 puntos.
Yo, personalmente, soy un gran adepto a la variedad Monastrell. Creo que con este tipo de uva se pueden hacer vinos muy prometedores.
Familia Pacheco Organic es un vino joven, elaborado siguiendo procesos totalmente naturales tanto en bodega como en la viña, de ahí su clasificación como vino orgánico. Es un vino de color rubí con muy pronunciadas notas de fruta roja y pimienta. En el paladar es frutal, fácil de beber y equilibrado, siendo un buen ejemplo de un Monastrell sin envejecimiento en madera.
Creo que este vino marida perfectamente con comida tailandesa, china y japonesa.
Si todavía tienes tus dudas revisa el precio de este vino. La relación calidad-precio es excepcional (5-7 euros).
Néctar de Farruche – Corrales Espinosa
Me encantan los vinos dulces. Degustar un Oporto, un Pedro Ximénez, un vino de hielo, un Tokaji o un Sauternes es todo un privilegio, aunque, en líneas generales, es un capricho que suele salir muy caro. Este tempranillo dulce tampoco es barato (15-18 euros) sobre todo considerando en que la botella es de solo medio litro.
Lo que acabo de mencionar sobre la zona de Jumilla se podría aplicar también a Valdepeñas. Casi todo el vino de esta región vinícola iba a la exportación, pero, al igual que en la región murciana, en Valdepeñas muchos enólogos y viticultores han logrado producir vinos de gran reconocimiento también fuera de las fronteras.
Este vino tinto dulce se introduce durante 3 meses en barricas nuevas de roble americano y francés. Se elabora con uvas pasas de viñas viejas de Tempranillo. La vendimia es completamente manual y la selección es grano a grano.
Néctar de Farruche tiene un bonito color rojo granate. En nariz destacan los aromas de uva y frutos negros muy maduros. El roble americano le da un toque de vainilla, mientras que el roble francés le otorga un sabor a chocolate y café. En boca, se aprecia un sabor muy afrutado con una acidez muy buena.
El maridaje con foie a la plancha es perfecto, y una copita de este néctar con un postre de chocolate o una tarta de queso es una delicia.
Ya que estamos hablando de vinos dulces tintos os recomiendo otros tres que son excepcionales:
La joya de la corona de Tenerife:
Y dos maravillas mediterráneas de la variedad Monastrell:
El rebujito
El rebujito es un cóctel muy popular en Andalucía, especialmente durante la Feria de Abril en Sevilla. Sus orígenes se remontan en torno a 1820. El Rebujito desciende del mítico cocktail Sherry Cobbler. Éste cóctel fue creado en Estados Unidos.
Se trata de una mezcla refrescante que combina un vino fortificado con refresco de limón o soda (Sprite, Seven-Up).
¿Qué vino podemos elegir? Es lógico que si estamos en Jerez el rebujito se hace con fino, en Sanlúcar con manzanilla y en Córdoba con Montilla Moriles.
La receta básica es muy sencilla:
Llenamos un vaso con hielo. Echamos el vino fortificado y el refresco. Luego unas rodajas de limón o lima y unas ramas de hierbabuena.
La pregunta clave es: ¿cuántas partes de vino y de refresco se echan? Si vais a Google encontraréis mezclas de 1:1 hasta de 1:10. Yo pienso que la mezcla ideal es de una parte de fino o manzanilla y tres partes de refresco. En la Feria de Abril y otros eventos de este tipo siempre hay gente que va a piñón fijo y bebe esta mezcla durante toda la noche. Entonces puede ser muy buena idea añadir más partes de refresco a esta mezcla.
Quinta las Velas, Bruñal
Este vino lo degustaremos en la cata de los vinos salmantinos. Estuve hace poco en Ahigal de los Aceiteros, un pueblo precioso situado en los Arribes. Enrique el alma mater de esta bodega, junto con su mujer Mari Carmen, nos enseñó la bodega, el viñedo y nos pusimos a catar sus vinos. ¿Cómo definir a Enrique? Un vigneron de los pies a la cabeza. Su pasión es contagiosa y su afán de producir vinos alejados de las macro-bodegas es evidente. La elaboración es totalmente natural, sin correcciones enológicas y sin añadir sulfitos. No se filtra ni clarifica.
La uva bruñal es una variedad tinta exclusiva de la comarca de los Arribes del Duero. Estuvo a punto de desaparecer por su escasa rentabilidad, pero afortunadamente desde hace unos años está resurgiendo gracias a su excelente calidad.
Quinta las Velas Bruñal es un crianza con 12 meses en barricas de roble francés. Tiene un color rojo profundo con tonos rubí y es de capa media-alta. En nariz nos encontramos con aromas florales y de frutos rojos. En boca tiene buena acidez, buen cuerpo y el retrogusto es largo y afrutado. Es un vino muy recomendable.
